miércoles, agosto 24, 2011

Limitar el déficit público por ley en la Constitución: atropello democrático y disparate económico

Como regalo de despedida, el presidente Zapatero quiere reformar la Constitución para incluir en ella el límite del déficit público. El asunto tiene narices. Por un lado, se trata de una medida económica mala para el funcionamiento de la economía, y de difícil aplicación en la práctica. Y, en segundo lugar, sería aprobada sin un referendum, por un parlamento convocado ya para elecciones, y por los dos partidos -PSOE y PP- que precisamente se niegan a cambiar la misma constitución para reformar la injusta ley electoral que les favorece.

Es una medida económica mala porque el déficit público es a veces necesario para estimular la economía en caso de recesión, y es inaplicable en la práctica porque las recesiones hacen que los ingresos del Estado disminuyan respecto al año anterior bruscamente, y es difícil -y además no es bueno- ajustar el gasto con esa velocidad.

El problema es más bien el aumento del gasto público en las expansiones. Es paradójico que los mismos políticos que han fomentado la burbuja económica/inmobiliaria con desgravaciones a la compra, falta del control del crédito bancario y discriminando la opción del alquiler, ahora quieran limitar el déficit. Despilfarraron el dinero público obtenido gracias a una burbuja que ellos mismos fomentaron, y ahora pretenden pagar la factura con el gasto social.

Me explico. Durante los años de la burbuja los ingresos del Estado crecieron fuertemente por los ingresos por IVA de venta de viviendas, Impuestos de Tranmisiones Patrimoniales, IRPF, IS, etc. El Estado subió el gasto en la misma proporción y -aunque se devolvió parte de la deuda pública- el superávit público fue pequeño para lo que debería haber sido. El Estado no ahorró lo suficiente.

En cambio, se aprovecharon estos nuevos ingresos para hacer inversiones irracionales en infraestructuras, como aeropuertos que nadie usa, muchas líneas de alta velocidad con billetes a un precio sólo al alcance de la clase media-alta, autopistas a ciudades de 50.000 habitantes, universidades en cada esquina, enterrar autovías como la M-30, subir en exceso las plantillas de funcionarios en los Ayuntamientos... Todas estas cosas que les servían para ganar elecciones en el Estado, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos... y, ojo, se realizaban sin un aumento del déficit público, debido a los ingresos de la burbuja económica. Los políticos son reacios a enfriar la economía cuando hay una burbuja y el gasto público aumenta paralelamente. En cambio, lo que hacían era negar la existencia de dicha burbuja económica (todos los que se cubrieron de gloria con sus declaraciones están en este enlace).

La reforma que proponen PP y PSOE no ataja este problema, porque no pone un límite a los aumentos del gasto público cuando la economía crece (a menudo de forma irracional por causa de burbujas inmobiliarias y bursátiles). Sólo propone reducirlo cuando la economía se desinfla, ¡qué es precisamente cuando más falta hace el gasto público!

El presupuesto equilibrado debería ser un objetivo a largo plazo, y por ley se podría establecer -por ejemplo- que un porcentaje del crecimiento de los ingresos públicos cada año que haya superávit se destinase a devolver la deuda pública (en vez de hacer inversiones faraónicas y poco eficientes). Esto haría enfriar la economía en las expansiones y nos evitaría muchos problemas como los que tenemos ahora. Cuando uno está sano es cuando hay que hacer ejercicio, no cuando uno tiene gripe y cuarenta de fiebre.

En las crisis no puedes devolver las autovías y que te devuelvan el dinero, pues lo que haces si te obligan a reducir el gasto para ajustarte a la bajada de ingresos es quitar becas, privatizar empresas públicas -si es que queda alguna- reducir el sueldo y la plantilla de profesores y médicos, bajar las pensiones...

Por otro lado, la medida de limitar por ley el déficit público es luego poco aplicable en la práctica, porque si los ingresos del Estado bajan de un año para otro más de un 20% -como ha pasado en España- es imposible reducir el gasto público de forma tan rápida en ese porcentaje. En la práctica habrá un continuo debate político para aprobar excepciones a la norma, y el partido en la oposición usará el debate para sacar tajada política, acusando al gobierno de turno. Algo así ocurre en Estados Unidos con la elevación del techo de la deuda, donde los republicanos -que embarcaron a EEUU en costosísimas guerras- culpan ahora a Obama del déficit y quieren reducir el déficit público en la recesión a costa del gasto social.

La propuesta de reforma de la constitución de PP y PSOE en España es un asunto de tanta importancia que aprobarlo sin un referéndum y un debate sería un atropello democrático. En este enlace se recogen firmas para pedir dicho referéndum.

9 comentarios:

  1. Alejandro Rodríguez24 agosto, 2011 19:34

    Quisiera hacer algunos comentarios al respecto.
    Creo que si es necesario controlar por ley el déficit público porque, no lo olvidemos, las deudas contraídas ha que pagarlas, y si sucede como en este momento, quienes nos prestan cada vez se fían menos que le podamos pagar, la deuda no deja de subir, con lo cual caemos en el circulo vicioso del déficit, deuda, etc.

    Es cierto que algunas veces es necesario para reactivar la economía, para desfases presupuestarios coyunturales y para ciertos tipos de inversiones que redunden en beneficios económico-sociales, pero, como en cualquier familia, en algún momento tendrás que dejar de endeudarte para pagar las obligaciones contraídas. No olvidemos que incrementos de los déficits provocan también mayores pagos en intereses, que en nada nos benefician.

    Pero la cuestión central es, como obligar al político de turno a no endeudar de forma excesiva al estado, comunidad autónoma o ayuntamiento, a no invertir en algún aeropuerto innecesario (Castellón, Huesca, etc.) , en proyectos de tren con poca utilidad pública y minima rentabilidad social, en innumerables polideportivos u otras infraestructuras de carácter puramente electoralista. Aparte, por supuesto de regalos fiscales (como los 400 euros), o las ayudas por nacimiento o adopción entregadas a familias con rentas altas, o los cientos de cargos políticos y consejeros en ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y en el gobierno central, con sus respectivos coches oficiales, teléfonos móviles cuyas cuentas con pagadas con nuestros impuestos, etc. Etc.

    En fin, lo razonable, en es realizar una política económica contracíclica y ahorrar en épocas de vacas gordas para gastar más en las de vacas flacas. A todo esto hay que obligar a los políticos de turno mediante una ley que prevea estos casos y las excepciónes.

    ResponderEliminar
  2. Estupendo análisis. Lo más grave, a mi juicio, es que se está introduciendo una opción política en un texto que precisamente debería garantizar la neutralidad de las instituciones. Y mientras, se bloquea la reforma electoral, que a todas luces es justa. Gracias por incluir a Masscom entre vuestros enlaces. Estar junto a Vicenç Navarro, Krugman y Martín seco es un verdadero honor.

    ResponderEliminar
  3. Alejandro Rodríguez27 agosto, 2011 21:13

    Sin haber leído el contenido del la modificación constitucional ni el proyecto de la futura ley que regule el funcionamiento de la norma sobre el déficit, lo razonable es que sea un estudio el que indique de forma técnica cual es la cantidad de déficit que puede permitirse alguna institución. He leído que pretenden que el déficit tolerable bajo ciertas circunstancias sea del 0.4%, ¿y porque no del 0,5?, o del 1%, o del 0,o1%?. La cifra "acepatada" debe estar determinada bajo un conjunto de parámetros como la previsión de crecimiento económico a medio plazo, previsiones de ingresos tributarios, capacidad de endeudamiento, y lo más importante, el momento del ciclo económico de la economía. La norma tiene que ser creíble y previsible, de nada nos vale poner unas cifras super exigentes que no se puedan cumplir.
    El déficit aceptado no debe ser una cifra impuesta "a boleo", como parece que están acordando los políticos, ni determinada con las prisas de las elecciones, la presión de los mercados internacionales y de la Comunidad Europea.

    ResponderEliminar
  4. Alejandro, tienes razón en que los limites concretos que se proponen deberían tener mas respaldo de estudios teóricos y no proponerse de forma aparentemente arbitraria e independiente de la fase del ciclo. Hay que diferencin entre la parte estructural y la cíclica.
    Y de acuerdo con Flaneur en que la constitucion es para reglas mas generales y más fundamentales.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. El análisis realizado es correcto, pero como Alejandro, creo que se debería controlar el gasto público. No obstante, la medida tomada por Zapatero, que el PSOE sabe que es poco popular, ha sido tomada ante las exigencias europeas.

    ResponderEliminar
  6. http://www.sencillaeconomia.com/2011/11/que-pasaria-si-tenemos-que-ser.html

    ResponderEliminar
  7. Además es un sinsentido puesto que no tiene aplicación hasta el largo plazo

    ResponderEliminar
  8. Buenos días Juan,

    Primero que nada, deseo felicitarlo por la página, me tome algunos minutos para revisar la información que tiene y me parece muy interesante los artículos y la información fresca de la pagina. Ya que además visito constantemente la web, pienso que podría incluir su sitio en mi página de enlaces, si usted está interesado en hacer un intercambio con mi sitio donde brindamos una plataforma de optimización de recursos que integra todo tipo de soluciones a cualquier necesidad de comunicación, software de gestión. Creo que esto podría ser muy beneficioso para ambos fortaleciendo nuestra presencia en internet, ¿usted qué opina? Estaremos atentos a su respuesta.
    Que tenga un estupendo día.

    Muchas gracias por su tiempo.

    Saludos

    Miguel
    yepalisoft@gmail.com
    www.yepali.com

    ResponderEliminar
  9. Muy buen análisis, siempre hay que intentar analizar el porqué de esas medidas

    ResponderEliminar