domingo, noviembre 28, 2010

Como hay crisis, pues te recorto las pensiones

Realmente no hay relación entre salir de la crisis actual y reformar las pensiones. La crisis es un problema que tenemos ahora, y el problema de las pensiones se producirá dentro de mucho tiempo, debido a la disminución en la natalidad y al aumento de la esperanza de vida.
No niego que haya que abordar pronto el problema de las pensiones, pero no tiene nada que ver con la crisis actual. Lo que pasa es que en esta época de confusión y de problemas, se puede echar a todo la culpa de la crisis y proponer cambiarlo para nuestra conveniencia. El problema de las pensiones -que cada vez habrá más viejos que vivirán más años y menos jóvenes en proporción- requiere hacer algo, ¿pero qué?
- Opción A: Reducir las pensiones, es decir, la parte de nuestro sueldo como activos que cobraremos cuando nos jubilemos. Es decir, partir la misma tarta en trocitos más pequeños. ¿Cómo? Trabajando más años -y cobrando menos tiempo pensión- y reduciendo la cuantía de la pensión a través de cambios en el proceso de cálculo: requerir más años de cotización para cobrar el importe íntegro o calcular la base reguladora como la media de toda la vida laboral en vez de como media de los últimos 15 años. A favor de esto, la Comisión Europea (como siempre, ayudando a los más débiles...), los bancos y su fundación subvencionada FEDEA, que están deseando que las pensiones públicas sean cada vez más flacas, para que la gente -los que puedan permitírselo, claro- tenga que poner dinero en planes privados que gestionarán ellos. Se llevarán una comisión si el dinero se invierte bien, y se encogerán de hombros si sus inversiones van mal y pierdes dinero (y espérate que luego no pidan al Estado que les rescate si tienen muchas pérdidas).
- Opción B: Aumentar la financiación -sí, a través de impuestos o cotizaciones, que deberían pagar más quienes más ganan y más tienen- y mantener la importancia de las pensiones públicas. A favor de esto, economistas como Vicenç Navarro, argumentando que las pensiones no son en absoluto generosas en España y que el informe de FEDEA está bastante sesgado por su ideología y no es tan "técnico" como quieren hacer ver.
Y, por cierto, parece que la esperanza de vida -de la que tanto se habla para justificar que trabajemos hasta los 67- no ha aumentado igual para los pobres y para los ricos.

4 comentarios:

  1. Le recuerdo que en España ser rico es ganar más de 24.000 euros

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  2. Nunca había pensado en la reflexión que haces al final... es muy factible que los más pobres tengan una vida más corta que los más ricos. Lo que hace todo, todavía, mas desigual.

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  3. Economista, tienes razón, en España la clase media ya tiene unos impuestos demasiado altos y se le quitan desgravaciones fiscales como la de vivienda, algo que ya comenté en el blog que era muy injusto.
    Yo me refería a los ricos de verdad: los que tienen todo su patrimonio y renta a nombre de la empresa, no los asalariados con rentas medias-altas.

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