lunes, septiembre 06, 2010

Cambio de prioridades en política fiscal, esperemos.

Una vez pasada la tormenta mediática -detonada por el caso de Grecia- en contra del déficit y a favor de la austeridad a toda costa, esperamos que vuelva la tradicional sensatez económica.
Porque parece ser que los árboles no dejaban ver el bosque. La lucha con el déficit a medio y largo plazo pasa, impepinablemente, por una recuperación económica. De nada sirve recortar los sueldos de los funcionarios o subir el IVA si la economía sigue destruyendo empleo y las empresas no venden sus productos. La recaudación total nunca se recuperará de forma estable, pues quién no trabaja no paga impuestos, y si no se vende pues no se recauda IVA.
Nos encontramos entonces con que esas medidas podrían hasta tener un efecto boomerang y contribuir a largo plazo a aumentar el déficit, en la medida en que son medidas contractivas que pueden retrasar la recuperación de la economía.
Pero, vía Estados Unidos, la economía hermana de España en este desaguisado (burbuja inmobiliaria brutal que se deshincha de repente), marca el camino de lo que se debe hacer para reactivar una economía en la que la demanda seguía de capa caída:
- Inversión pública.
- Incentivos para el aumento de la productividad.
- Mantener una oferta monetaria suficiente para que los tipos de interés sean bajos y 1) la moneda no esté excesivamente fuerte y no se dañe a las exportaciones 2) los créditos no sean costosos y las empresas se animen a invertir.
Esperemos que el gobierno español, sin duda sin iniciativa ni personalidad propia para tomar este tipo de medidas, siga también la corriente ahora que es la adecuada.
P.D. Como siempre, toquemos madera para que el Banco Central Europeo mantenga los tipos de interés bajos y proporcione abundante oferta monetaria a la economía europea. Ahora que Alemania tiene una tasa de crecimiento más alta que el resto de las economías periféricas, son capaces de subir los tipos de interés y dar la puntilla a la economía española entre otras. Si lo hicieran sería ya para pensarse seriamente abandonar el euro, por cierto.

2 comentarios:

  1. El dilema en todo el mundo sigue siendo el mismo desde hace ya casi tres años... Inyectar dinero desde el estado para recuperar la economía a costa de déficit a corto plazo, o recortar gastos para contenerlo.

    Yo hace un año todavía era partidario de una política económica keynesianista, pero viendo la duración dela crisis... ¿hasta cuándo se podría seguir con el déficit? No sé, es un tema complicado.

    Decir también que me gusta el blog, lo he descubierto hoy. Tengo 18 años y me encanta la economía (soy un poco bicho raro jaja), a partir de ahora sigo el blog.

    Un saludo!

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  2. Gracias Pablo, me alegra que te haya gustado el blog. Tienes razón en que ahora existe un gran debate sobre el déficit.
    No hay razones para dejar de ser keynesiano :-) Es muy probable que sin las medidas "keynesianas" tomadas inicialmente ante la crisis (bajada de los tipos de interés y aumento del gasto público) la situación fuera aún peor. No es razón para ahora abandonar estas políticas de repente en aras de reducir el déficit, porque puede salir el tiro por la culata. Otra posibilidad es que quizá las políticas no hayan sido lo suficientemente keynesianas...

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