Ayer estuve hablando con una chica que trabaja en una compañía de seguros en Miami. Las pólizas de los seguros de salud llegan a los 20.000 y 30.000 dólares de prima anual (lo que se paga por tener seguro médico), y aún así tienen "deductible", es decir, que los primeros X dólares, por ejemplo, del coste de una hospitalización, los paga el asegurado. También tienen límites en las coberturas máximas, copago en las visitas al médico, e incrementos enormes en las primas porque, por ejemplo, tengas colesterol.
Las pólizas más económicas tienen, evidentemente, todas estas limitaciones mucho más exageradas: algunas no tienen derecho a médicos especialistas (sólo a medicina general) y los copagos pueden ser mucho más elevados (100 dólares por consulta incluso) y el "deductible" por ir al hospital puede ser de 10.000 dólares. Pueden no cubrir algunos tratamientos y medicinas...
Es curioso que en España las primas por ser de Sanitas, Asisa, etc. sean mucho más moderadas y las coberturas mejores. Y aún así, las aseguradoras de salud en España son empresas rentables.
Parece entonces que en EE.UU. los márgenes de las aseguradoras (y de los hospitales privados) son mucho más altos. ¿Por qué? ¿No debería la competencia ajustar los costes? Pues, sencillamente: no hay suficiente competencia. Las aseguradoras y los hospitales privados tienen beneficios multimillonarios y tácitamente pactan estos precios abusivos.
De ahí la importancia de la opción pública, que el plan de Obama finalmente no incluye. En España los costes y beneficios de las aseguradoras privadas están más ajustados porque las personas tienen siempre la opción de una sanidad pública que -con todos sus defectos- es una alternativa válida, e incluso con mayor prestigio que las aseguradoras privadas en muchos tipos de dolencias graves.
Al final, para contentar a los sectores más conservadores de su propio partido demócrata (que tienen mayoría suficiente en el Senado y el Congreso en EEUU) se ha optado por intentar ajustar los costes reforzando el poder de negociación de la demanda: el Estado intermediará entre los individuos que no tienen seguros a través de sus empresas y las empresas aseguradoras. Las aseguradoras tendrán que negociar "paquetes" de asegurados y tendrán que aceptar a los malos clientes (personas mayores o con alguna enfermedad previa) si quieren también a los buenos (jovencitos que nunca van al médico). Además tendrán que competir por estos paquetes en público y así se espera que los precios bajen. Otra novedad es que no podrán imponer un límite máximo de gastos médicos ni rechazar a nadie por una enfermedad previa (a partir de 2014).
Es un avance, pero seguramente que la competencia y el mercado se hubieran beneficiado más de una opción pública que estaría fuera de esta "fijación tácita" de precios y permitiría unas primas más bajas para los estadounidenses que siguieran utilizando la opción privada.
Con tu permiso, copio este post para actualizar el contenido del que publiqué en abril de 2009, "viabilidad del proyecto de Obama" en el blog Tareas Aplicadas. Un saludo.
ResponderEliminarMuy interesante, gracias
ResponderEliminarwww.ekonomicus.wordpress.com
Hola, gracias a ambos por los comentarios y enhorabuena por vuestros blogs.
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