viernes, junio 01, 2007

Política Monetaria en España

En la anterior entrada del blog hemos visto qué es la inflación, y cómo puede llegar a ser perjudicial si sobrepasa un determinado valor que empieza a distorsionar las decisiones de los agentes (empresas y economías domésticas) y a disuadirles de realizar inversiones o compras. Por eso, en 1979 los Pactos de la Moncloa incluyeron entre sus medidas para frenar una galopante inflación la subida de los tipos de interés oficiales y la consiguiente contención de la cantidad de dinero de la economía.
En los últimos años, la inflación en España y en la zona Euro no ha sido un problema grave, y los tipos de interés se han mantenido en niveles muy bajos. Cuando la inflación no es un problema, el principal objetivo de la política monetaria pasa a ser el estímulo de la demanda: hacer que la gente disponga de liquidez para gastar y las empresas para invertir.
En este caso, la variable que deben observar las autoridades económicas para actuar es el Producto Interior Bruto y el nivel de empleo de la economía (el P.I.B. y el empleo son variables muy vinculadas que suelen crecer y disminuir simultáneamente). El ejemplo más claro de cómo una política monetaria expansiva (bajada de los tipos de interés oficiales del dinero y consiguiente aumento de la oferta monetaria) puede contribuir a estimular la economía lo tenemos en la crisis de 2000-2002. En todo el mundo - y también en España - la producción disminuyó como consecuencia de varios factores que hicieron disminuir la confianza de los agentes económicos y su iniciativa inversora y de consumo. Primero, algunos inversores habían valorado excesivamente algunas empresas de Internet que luego no resultaron ser tan rentables. Darse cuenta de eso les hizo contraer sus inversiones. En segundo lugar, la inestabilidad política mundial causada por el atentado a las Torres Gemelas y la amenaza del terrorismo islamista.
El Banco Central Europeo actuó rápidamente bajando los tipos de interés oficiales y manteniéndolos bajos en el período 2002-2005. Vemos que de casi el 5% los bajó al 2%. Esos cinco años hubo un crecimiento económico sostenido en la zona euro y en España, aunque también hubo un ligero repunte de la inflación al final del período. Desde 2005, el BCE ha comenzado a subir el tipo de interés oficial, lo que ha contribuido en España a que la inflación disminuya, y parece que no ha afectado negativamente al crecimiento económico.
Por tanto, hasta ahora podemos decir que la política monetaria de fijación de tipos de interés del BCE ha sido muy acertada para los intereses españoles: ha estimulado el consumo y la inversión cuando ha hecho falta (bajando los tipos de interés en 2002) y los ha subido cuando la inflación ha empezado a ser alta (2005). Sin embargo, ahora mismo, a mediados de 2007, qquizá nos perjudicaría una mayor subida de los tipos de interés. El precio de la vivienda y el gran endeudamiento de las economías domésticas españolas a tipo de interés variable podrían hacer que una subida del tipo de interés oficial (y por tanto del Euribor) encareciese mucho la cuota mensual de las hipotecas y perjudicase la confianza, la inversión y el consumo de los ciudadanos.

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