jueves, junio 07, 2007

El BCE sube los tipos de interés. Análisis.

Hoy mismo (7 de junio) se anuncia en los periódicos que el BCE ha subido los tipos de interés al 4% (estaban en un 3,75% desde marzo). Como razón fundamental se argumenta que hay que mantener la inflación por debajo del 2%, y los últimos datos la situan en el 2,5%.

Es por lo menos discutible que sea una razón suficiente, si tenemos en cuenta que el 2,5% sigue siendo un valor bajísimo en términos históricos. La tendencia es ascendente pero controlada.

Es cierto que si sólo analizasemos la inflación de forma aislada, la subida del tipo de interés parece coherente: la gente se lo pensará más a la hora de gastar y de pedir prestado, y eso hará bajar los precios al nivel deseado. No obstante, el crecimiento de la producción y del empleo en la zona euro, el que debería ser el otro objetivo prioritario del BCE, no acaba de parecer lo suficientemente sostenido (como se ve en el gráfico de abajo), y quizá no sea el mejor momento de subir los tipos de interés.

Cuando el BCE sube el tipo de interés, lo que hace es subir el precio al que presta dinero a los bancos comerciales (Santander, Barclays, BBVA, etc.) quienes le piden prestado cuando necesitan liquidez para mantener el mínimo de reservas que se les impone legalmente. Como consecuencia, los bancos también van a subir -a veces incluso anticipadamente- el tipo de interés al que se prestan entre ellos, el famoso Euribor (European Interbank Offered Rate). Finalmente, los clientes particulares que buscan financiación verán también que se les aplica un tipo de interés más alto en sus prestamos personales y en sus hipotecas futuras y pasadas (si se contrataron a un tipo de interés variable).

Como consecuencia de este encarecimiento de la financiación, los agentes económicos invierten menos en nuevos proyectos y consumen menos (no financian nuevas compras y destinan más dinero a pagar las antiguas deudas). Menos consumo e inversión significan menos productos vendidos, menos beneficios para las empresas, y menos empleo (si las empresas venden menos contratan menos gente). Las empresas no sólo bajan el precio -como dirían los clásicos- sino que también producen y contratan menos cuando no hay demanda (este es el gran debate entre clásicos y keynesianos). Por tanto, el Producto Interior Bruto tiende a bajar cuando aumenta el tipo de interés oficial.

Continuamente, como vemos, el BCE sopesa cuál de los dos objetivos (baja inflación o crecimiento de la producción) quiere conseguir prioritariamente. Quizá ya estemos en un nivel de tipos de interés en el que no hagan falta más subidas, porque el daño que pueden hacer a la producción y el empleo es mayor que la ventaja de tener una inflación del 2% en lugar del 3%. Al fin y al cabo, tampoco pasa nada por revisar un punto al alza los salarios y los precios para mantener el poder adquisitivo de empresarios y asalariados, mientras que a las economías domésticas y a las empresas sí se les puede hacer muy cuesta arriba tener que pagar una cuota mensual mucho más alta por sus bienes financiados.

Este inconveniente es mucho más importante en España, donde el nivel de endeudamiento respecto a la renta de las familias es especialmente alto. Quizá sea la hora de pedir a nuestras autoridades monetarias -las españolas- un poco más de firmeza en el seno del BCE para evitar nuevas subidas en el corto plazo. En caso contrario, nos arriesgamos a sufrir un ajuste demasiado brusco de precios de la vivienda que podría desembocar en una verdadera crisis económica. Una prueba de ello es la situación precaria de muchas familias, como informa El País.
¿Por qué? Los precios de la vivienda ya están empezando a bajar, y no creo que vengan bien más subidas del tipo de interés. Si en un mercado inmobiliario ya saturado empiezan a salir a la venta a la vez muchas viviendas cuyas hipotecas son una carga insoportable para los dueños, podría provocarse una bajada de precios demasiado rápida. Es verdad que los pisos tienen que bajar, pero si bruscamente el principal activo de muchas familias (su vivienda o su segunda vivienda) se ve depreciado bruscamente, haciéndoles sentir mucho más pobres (y estafados por haber comprado tan cara su vivienda) reducirían todos bruscamente su consumo, y ahí sí que las empresas no inmobiliarias empezarían a sentir cómo la subida de tipos también afecta a su rentabilidad. Y lo que sigue no sería más que una espiral de reducción de gasto, de beneficios empresariales, de producción y, finalmente, de empleo.

Hacen falta políticas de suelo barato y de vivienda protegida, y de fomento del alquiler (es increíble que desgrave comprar una casa y alquilarla no). Pero si para que bajen los precios (incluído el de la vivienda) hay que asfixiar económicamente a millones de familias endeudadas que no son especuladores y que tienen una hipoteca, quizá no merezca la pena.
El BCE ha acertado con su política monetaria en la crisis de 2001, pero ahora nuestra recomendación sería parar aquí y dejar los tipos de interés oficiales tal y cómo están ahora (al 4%) durante bastante tiempo. Quizá no venga mal amenazar con que se van a subir en el futuro (para que la gente se lo piense antes de endeudarse) pero realmente habría que darse un respiro y esperar por lo menos 6 meses o un año antes de plantearse otra subida.

1 comentario:

  1. Es cierto, si el BCE sube los ineteres "nos mata". Sin embargo, no creo que mantenerlos sea la mejor opción(que no me parece mal). En mi opinión debería bajarlos un poco(no mas de medio punto) e intentar estimular el gasto. Hay que recordar que la inflación es un riesgo, pero no es segura. En caso de bajarlos dudo que se produjera inflación.

    Tu blog cada vez es mas interesante.

    Un saludo.

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